La fibromialgia es una enfermedad crónica la cual se mantendrá durante toda la vida del paciente. En el transcurso de la enfermedad, las evoluciones de los síntomas podrán mejorar o empeorar dependiendo de un diagnóstico a tiempo y de un tratamiento adecuado.

Antes de comenzar el tratamiento, los médicos deben asegurarse de que el diagnóstico sea el correcto y tener en cuenta que:

• La fibromialgia es una enfermedad crónica pero no es degenerativa.
• Evoluciona en brotes, por lo que durante su evolución pasa por etapas mejores y peores.
• No existe un tratamiento curativo, pero sí se pueden aliviar los síntomas y conseguir un mayor bienestar en general.

Lo importante de esta enfermedad radica en que afecta todos los ámbitos de la vida del paciente pudiendo llegar a desarrollar una discapacidad que, incluso, puede interferir en su vida laboral.

No existe un tratamiento estándar para todos los pacientes, este debe adecuarse a cada persona en particular según sus características. El fin del tratamiento consiste en controlar los síntomas que produce la enfermedad como el dolor, cansancio, fatiga, procurando evitar los efectos secundarios de la medicación que, a menudo, padecen los pacientes con fibromialgia.